sábado, 13 de junio de 2020

FIN DE UNA AVENTURA




Llegó el fin de nuestro proyecto que comenzó en abril del 2018. Han sido más de dos años en los que hemos hecho muchas actividades diferentes y nos hemos conocido más allá de las aulas. Hemos hecho cuentacuentos en la biblioteca, programas de radio, decoración, judo, música, parkour, cine....

Nos da pena despedirnos de vosotros, porque hemos hecho vínculos importantes y hemos tenido el placer de trabajar con vosotros que sois personas auténticas, generosas y buenas que habéis sabido estar y trabajar en todas las situaciones que os hemos propuesto.


Este curso ha sido un poco raro, nos ha confinado, pero sin embargo hemos seguido comunicándonos de una forma más intensa que antes.


Terminamos con la última actividad de reciclaje que hemos hecho, un tiesto (a partir de una lata de tomate) y sembrado aloe-vera. Es una planta que representa vuestra fuerza, que es mucha. Os queremos.



Esta es la última manualidad del Quédate




CUENTO FINAL


La fábula del helecho y el bambú


Un día decidí darme por vencido… renuncié a mi trabajo, a mi relación, a mi vida. Fui al bosque para hablar con un anciano que decían era muy sabio.
-¿Podría darme una buena razón para no darme por vencido? Le pregunté.
-Mira a tu alrededor, me respondió, ¿ves el helecho y el bambú?
-Sí, respondí.
-Cuando sembré las semillas del helecho y el bambú, las cuidé muy bien. El helecho rápidamente creció. Su verde brillante cubría el suelo. Pero nada salió de la semilla de bambú. Sin embargo no renuncié al bambú.
-En el segundo año el helecho creció más brillante y abundante y nuevamente, nada creció de la semilla de bambú. Pero no renuncié al bambú.
-En el tercer año, aún nada brotó de la semilla de bambú. Pero no renuncié al bambú.
-En el cuarto año, nuevamente, nada salió de la semilla de bambú. Pero no renuncié al bambú.
-En el quinto año un pequeño brote de bambú se asomó en la tierra. En comparación con el helecho era aparentemente muy pequeño e insignificante.
-El sexto año, el bambú creció más de 20 metros de altura. Se había pasado cinco años echando raíces que lo sostuvieran. Aquellas raíces lo hicieron fuerte y le dieron lo que necesitaba para sobrevivir.
-¿Sabías que todo este tiempo que has estado luchando, realmente has estado echando raíces? Le dijo el anciano y continuó…
-El bambú tiene un propósito diferente al del helecho, sin embargo, ambos son necesarios y hacen del bosque un lugar hermoso.
-Nunca te arrepientas de un día en tu vida. Los buenos días te dan felicidad. Los malos días te dan experiencia. Ambos son esenciales para la vida, le dijo el anciano y continuó…
La felicidad te mantiene dulce. Los intentos te mantienen fuerte. Las penas te mantienen humano. Las caídas te mantienen humilde. El éxito te mantiene brillante…
Si no consigues lo que anhelas, no desesperes… quizá sólo estés echando raíces…
(Cuento oriental)